domingo, 17 de abril de 2016

18 de abril

¡Muy feliz lunes equipo!



¿Qué tal lidiamos con abril? Poco a poco avanza la primavera y ya me he plantado en la semana previa a mis globales de fin de curso, con lo cual, se terminó esto de escribir por una buena temporada. Así que como ya nos enfrentamos a acabar el curso y en esta ocasión parte de mis amigos no volverán a las aulas el próximo septiembre, hoy os dejo una pequeña parte del discurso de graduación que dio Jim Carrey hace un par de años:

"La vida no le sucede a uno, sucede para uno.
El miedo va a jugar un rol en tu vida, pero tú decides cuán grande será este rol, puedes pasarte toda la vida imaginando fantasmas, imaginando tu camino al futuro...pero todo lo que siempre habrá es lo que está sucediendo ahora, y las decisiones que tomemos en este momento, que están basadas en el amor o el temor.


 Muchos de nosotros elegimos el camino por miedo disfrazado de practicidad, lo que realmente queremos parece imposiblemente inalcanzable, y ridículo de esperar, así que nunca nos atrevemos a pedírselo al universo…Pero yo os digo: ¡yo soy la prueba de que se lo podéis pedir al universo! Y si las cosas no suceden rápido es porque el universo está demasiado ocupado completando MI pedido.

Mi padre podía haber sido un gran cómico, pero no creía que eso fuera posible para él, así que tomó una elección conservadora, consiguió un trabajo seguro como contable, y cuando tenía 12 años lo echaron de aquel seguro trabajo, y tuvimos que hacer lo imposible por salir adelante...Aprendí mucho de mi padre y una de las lecciones que me dejó fue que puedes fallar en lo que no quieres hacer, así que también debes darte una oportunidad de hacer aquello que amas.


No es lo único que aprendí de él, también vi el efecto que tenía el amor y humor de mi padre en el mundo que me rodeaba y pensé: eso es algo que quiero hacer, es algo que merece mi tiempo. Así empecé a actuar cuando la gente venía a mi casa, con unos 7 años, los invitados eran bienvenidos a mi casa por un niño que se tiraba escaleras abajo, y me decían: ¿qué ha pasado? Y yo respondía: no lo sé, ¡veamos la repetición!, y volvía al principio de las escaleras y me tiraba en cámara lenta poniendo caras...

Tras una década trabajando como cómico, a los 28 años una noche me di cuenta de que el propósito de mi vida había sido siempre liberar a las personas de sus preocupaciones...¿Cuál es el tuyo? ¿Qué necesita el mundo de ti? ¿Qué necesitan que tu talento pueda proveer? Eso es lo que debéis averiguar.
Puedo deciros que vuestro efecto en los demás es la moneda más valiosa que hay.
Todo lo que adquieran en la vida se pudrirá y desmoronará, y lo que quedará de vosotros será lo que hubo en vuestros corazones.
Mi elección de liberar a la gente de sus preocupaciones me llevó a la cima de una montaña. Miren dónde estoy, miren lo que he logrado hacer. Hice algo que hace que allá donde voy la gente me presente lo mejor de si misma...


La paz que buscamos yace en algún lado más allá de la personalidad, de la percepción de los otros, más allá de invenciones y disfraces, incluso más allá del esfuerzo mismo..puedes seguir el juego, pelear las guerras, todo lo que quieras, pero para encontrar la verdadera paz tienes que dejar caer la armadura. Tu necesidad de aceptación puede hacerte invisible en este mundo. No dejes que nada se interponga a la luz que brilla en ti, ¡arriésgate a ser visto en toda tu gloria!
No somos las manifestaciones que creamos, no somos las imágenes de las películas, somos la luz que brilla a través de ellas. El resto es sólo humo y espejos, distracciones, pero no realmente convincentes.

He dicho muchas veces que me gustaría que la gente cumpliera sus sueños de fama y fortuna para que se den cuenta de que no encontrarían ahí el sentido de plenitud...Como muchos de vosotros yo también estuve preocupado en el momento de salir ahí fuera, por hacer algo más grande que yo mismo, hasta que alguien me hizo notar que no hay nada más grande que yo mismo.

Podéis preguntaros: ¿pero cómo voy a llegar yo tan lejos? Esta es la voz de tu ego. Si la escuchas, siempre va a haber alguien a quien le va mejor que a ti. Sin importar qué obtengas el ego no te va a dejar descansar. Te va a decir que no puedes detenerte hasta que hayas dejado una marca indeleble en la tierra. Cuán engañoso es el ego, que nos quiere tentar con una promesa de algo que ya poseemos.


Solo puedo recomendar pedirle al universo aquello que quieres, trabajar por ello y dejar a un lado las expectativas sobre cómo va a suceder. Tu tarea no es darte cuenta de cómo va a llegar sino abrir las puertas de tu mente, y cuando las puertas se abran en la vida real, tan sólo entrar...
Cuando digo que la vida no sucede a uno sino que sucede para uno, no sé si es cierto, sólo estoy tomando una decisión consciente de percibir los desafíos de manera benéfica, para poder lidiar con ellos de la forma más productiva... Inventareis vuestro propio estilo de hacerlo, eso es parte de la diversión.

Estáis listos para hacer cosas hermosas en este mundo. A partir de hoy tendrán dos puertas: el amor y el temor, elijan el amor y nunca dejen que el temor los ponga en contra de su alegría."

Espero que comencéis la semana con mucha energía y se den bien vuestros discursos de graduación... y al resto mucho ánimo con estas pocas semanas que nos separan del verano. Prometo leer mucho cuando logre mis ansiadas vacaciones para traer cosas nuevas a la vuelta :)
Os dejo con el gran Armstrong con esto que ya suena a rayos de sol.
Be happy!



domingo, 10 de abril de 2016

11 de abril

¡Muy feliz lunes!



¿Qué tal se está dando el inicio de abril? Por aquí algunos ya encaramos la recta final del curso, pero entre unos cuantos de mis amigos hay de quienes incluso encaran ¡la recta final de su carrera! Y parece que fue ayer cuando empezábamos la universidad...He estado leyendo algunas de las enseñanzas en un librito de Tagore durante esta Semana Santa, y entre muchos buenos aforismos encontré también un pequeño discurso que dedicó a unos niños en Japón, que hoy elijo para dar ánimo con el TFG a alguna futura maestra :)

"Mis queridos amiguitos: No os asustéis de mí, ni creáis que voy a daros una larga conferencia, ni un buen consejo, ni lecciones morales.
Ya sé yo que estoy imponente con esta barba cana mía, mi pelo blanco y mi ropón indio.
Los que sólo me conocen por fuera, creen equivocadamente que soy un viejo, y me dan el lugar mejor, y se quedan a distancia en señal de respeto; pero si yo fuera a enseñaros mi corazón, veríais lo joven y lo tierno que es, tal vez más que alguno de vosotros.


Y veríais también que soy lo bastante niño para creer en cosas de las que las personas maduras y aún los mismos estudiantes de estos tiempos de superior sabiduría se avergüenzan; digo que creo en una vida ideal. Creo que una ardilla esconde una fuerza viva en su belleza, más poderosa que un cañón. 


Creo que, en el canto de un pájaro, la naturaleza se expresa con una energía más grande que la que el rugido ensordecedor de un bombardeo manifiesta.Creo que un ideal se cierne sobre la Tierra, un ideal, de un paraíso que no es un mero producto imaginativo, sino la última realidad a que tienden todas las cosas. Creo que esta visión del paraíso es evidente en la luz del sol, en el verdor de la tierra, en el manar de las aguas, en la hermosura de la primavera, en la paz de la mañana de invierno. 


Por todas partes este espíritu del paraíso está despierto y saca su voz de la tierra. Somos sordos a su llamada, la olvidamos; pero la voz de la eternidad se derrama y llega a lo más hondo de nuestro ser con su música. Aunque no lo sepamos, es verdad que en todas partes hombres y mujeres viven en el ambiente de estos sonidos y que esta voz de lo eterno les llega a su interior oír. Ella modula la melodía de las arpas de la vida, impulsándolas en secreto a afinar nuestras vidas propias, de acuerdo con el ideal, y a elevar nuestra aspiración al cielo, como las flores exhalan su aroma en el aire y los pájaros sus cantos. Aun los más depravados se han conmovido en algunos momentos de su vida con esta voz y por eso no se han perdido del todo; han sentido en lo más hondo una belleza bajada a ellos del cielo mismo.


Es posible que estas cosas os parezcan aleluyas infantiles, demasiado disparatadas para que las crea una persona mayor. Pero yo soy uno de esos niños que nunca se hacen viejos, y me atrevería a pediros que me acogieras como a uno de vosotros.
Sé que algunos de los que me oyen están estudiando para maestros. Esa es también mi vocación, pero no me prepararon para ello. Yo tengo una escuela dónde intentamos inculcar a los niños la ciencia mejor y los más altos ideales de la vida.




Para ser maestro de niños es completamente necesario ser como un niño, olvidar lo que sabemos y que hemos llegado al término de los conocimientos. Si se quiere ser un verdadero guía de niños, no hay que pensar en que se tiene más edad, ni que se sabe más, ni nada por el estilo; hay que ser un hermano mayor, dispuesto a caminar con los niños por la misma senda del saber elevado y de la aspiración. Y el único consejo que puedo daros en esta ocasión, es: Que Cultivéis El Alma Del Niño Eterno."



Mucho ánimo con la semana, especialmente a ese sector estudiantil que ya cuenta las horas para terminar, os dejo algo de buena música y ¡a volar que el tiempo es oro!


domingo, 20 de marzo de 2016

21 de marzo

¡Muy feliz lunes!



Hoy confío en que el lunes se haga más más llevadero al personal (al menos a todos aquellos que no os enfrentáis mañana a algún parcial de enfermedades infecciosas...) ya que tenemos aquí la Semana Santa y además ¡hoy se celebra el Día de la Poesía! Así que hoy es un día propicio para comenzar con unos versos, en este caso de Alfredo Cuervo Barrero:

¿Qué es lo verdaderamente importante?
busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.


Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de irreales ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes.


¡No me extraña que exista tanta confusión,
tanta lejanía de todo, tanta desilusión!.
Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
cada cual es quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:
Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.


Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.


Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos...


Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.


Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.

Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita. 


Os deseo unos felices días de descanso, y os dejo con una versión de una canción de Aute que tuve el inmenso placer de escuchar de la voz de la gran Rozalén este viernes ;)




domingo, 13 de marzo de 2016

14 de marzo

Buon giorno!

¿Qué tal lleváis el mes? Vamoooos que ya alcanzamos la Semana Santa, y espero que cojáis la semana con ganas planeando cómo vais a pasar los próximos días de fiesta, en los que seguro que podremos tomarnos un pequeño respiro. Esta vez para empezar el lunes os dejo un texto de un compañero bloguero de "El Cajón de Gatsby", ya que tras leerlo me convencí para leer uno de los libros que cita como imprescindibles (porque el otro imprescindible ya habita en mi mesilla desde hace mucho):

"Anoche, en medio de una interesante, alguien me dijo algo que nos han dicho a todos: “lo entenderás cuando tengas mi edad”.

En ese momento no le di más importancia, pero al llegar a casa me acordé de uno de los libros que creo que todo el mundo debería tener el placer de haber leído aunque sea una vez en la vida: ‘Martes con mi viejo profesor’, de Mitch Albom. En concreto, me acordé de una conversación:

-Pero si es tan valioso envejecer, ¿por qué dice siempre la gente “Ay, si yo volviera a ser joven”? Nunca se oye a nadie decir: “Ojalá tuviera sesenta y cinco años”.
-¿Sabes lo que se trasluce en eso? Vidas insatisfechas. Vidas no realizadas. Vidas que no han encontrado sentido. Porque si has encontrado un sentido en tu vida, no quieres volverte atrás.


Y me quedé pensando acerca de todo esto de hacerse mayor y de entender más cosas cuanto más viejo eres. Y si bien es indiscutible que los años dan una experiencia que no se puede encontrar en otra parte, acabé cayendo en la cuenta de que también son las escaleras por las que sin darnos cuenta nos vamos alejando de cosas cuya importancia también es obvia. Sólo que se nos olvida.

Puede que los años acaben dándome una colleja mientras veo a mis nietos jugando al fútbol en el jardín. Pero también puede que no me equivoque si digo que hacerse mayor es igual de importante que hacerse pequeño y que al final hacerse mayor sólo significa saber cuándo puedes ser un niño y cuándo no.


No es que sufra de síndrome de Peter Pan o tenga algún tipo de fobia a admitir que los días pasan para todos. Nada más lejos de la realidad, porque lo cierto es que la gran mayoría de personas a las que admiro han sobrepasado ya la cincuentena. Y a mucha honra.
No entiendo las prisas por perder cualquier rastro de inocencia. No comprendo cómo es tan fácil olvidarse de lo valioso que es dudar, preguntar y entender las cosas por lo que son, no por los mil significados ocultos que nos hemos empeñado en que tengan.
Y aquí es donde tomo mi primera decisión. Me he propuesto tener el libro de El Principito a mano, para leerlo de vez en cuando y no olvidarme de lo realmente importante, de lo que es invisible a los ojos. Supongo que casi todos lo hemos leído alguna vez cuando éramos pequeños. El problema es que deberíamos leerlo cuando nos hacemos mayores. Deberían pedirlo como un punto imprescindible del Curriculum Vitae:
– “Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.”
– “A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: “¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?” Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?” Solamente con estos detalles creen conocerle.”



-“Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo: “¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!”, lo que le hace hincharse de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!”
-“¿Y de qué te sirve poseer las estrellas?
-Me sirve para ser rico.
-¿Y de qué te sirve ser rico?
-Me sirve para comprar más estrellas.”
-“Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos”


Y podría seguir, pero me voy a parar aquí. Qué difícil se nos hace encontrar cosas únicas en el mundo cuando crecemos, qué rápido nos olvidamos de que los amigos también se riegan, qué poca gente es capaz de saber cuándo hay que parar. Con qué facilidad nos dejamos flotar hacia la superficie y qué pocas veces nadamos hacia el fondo de las cosas. No tenemos tiempo para pararnos a coger aire.
Yo también tuve la suerte de tener un viejo profesor, y lo que le hacía extraordinario es que no había dejado de ser un niño en ninguno de sus casi ochenta años, que se dice pronto. Lo que le hacía especial para mí es que fue la única persona capaz de hacerme la pregunta correcta en el momento exacto: “¿Qué hubiese hecho tu ‘yo’ de hace diez años?”
Me hizo ver que yo, sin tener casi la tercera parte de su edad, ya me había empezado a olvidar de lo importante que es no olvidarse de ser pequeño, porque sólo quería ser mayor.
Así que diré que sí, que probablemente dentro de treinta años comprenda cosas que ahora no soy capaz siquiera de imaginarme. Pero también diré que no me servirá de nada tener una larga agenda de contactos si a las tres de la mañana no tengo a nadie a quien llamar.
Que sí, que todos tienen hijos, pero no todo el mundo es capaz de aprender algo nuevo de ellos. Que vale, que todos creemos encontrar al amor de nuestra vida en algún momento, pero yo quiero echarme un baile con esa persona en bata y pantuflas en el salón de mi casa cuando sepa que igual no llego al verano que viene.  Que no quiero suspirar por volver a tener veinte años, porque no quiero que se me olvide lo que se siente cuando los tienes.
Que sí, que todos nos hacemos mayores, pero que también hay que hacerse pequeño."


Así que, tal vez nos convenga comenzar la semana con una mirada joven, yo por mi parte os dejo una versión peculiar de una canción que siempre consigue transportarme a los buenos viejos tiempos, que afortunadamente tienden a repetirse cada verano bajo el cielo estrellado de Soria, donde acompañados de una guitarra hemos cantado mil veces esta canción que espero os ayude a empezar poquito a poco el lunes. ¡Feliz semana!

P.D: El libro de Mitch Albom sin duda es una buena lectura para alguna tarde de vacaciones ;) 



domingo, 6 de marzo de 2016

7 de marzo


Muy buenos días :)
¿Qué tal marcha vuestra entrada en marzo? ¡Vamos a por ello que poco a poco salimos del invierno! Esta semana sólo espero que sea para vosotros mucho pero que muuucho más relajada que la mía, que temo puede resultar un "acto heroico" salir de ella ilesa tras batallar con demasiados exámenes, plazos de entrega apremiantes y demás. Con lo cual hoy os propongo algo breve, este poema del amigo Marwan titulado "Héroes", para que cada cual luche por sus objetivos esta semana sabiendo que la felicidad aguarda detrás de todos nuestros esfuerzos para aparecer en sus siempre improvisadas escenas: 

"A menudo la vida me parece
Una película que ha desembocado
En ver pasar los días sin que nada pase.


Y entonces me pregunto 
Cómo hemos llegado hasta aquí, 
Hasta el amor que nunca llega,
Hasta el dolor como costumbre.


Vivir era otra cosa,
Esto no nos lo contaron.
Tal vez un año de tregua,
Un telediario amable
O la espera de un milagro
Que al fin toca tu puerta.


No esperábamos servido en nuestra mesa el pan de la carencia,
La tarde que oscurece sin respuestas.

Pero somos héroes y lo seguimos intentando

Con las rodillas enfermas y los tobillos tristes,
También cuando se despliega el invierno.
Y aunque sea breve y no existan los milagros,
Un día sucede algo, alguna llamada


O el simple hecho de haber hecho las cosas bien
Y sentirse en paz con uno mismo,
Y comprendes
Que aunque la felicidad
No suele ser duradera, 
Sea como sea
Cualquier día
Vuelve a pasarse por tu casa."



Hoy como canción acorde al tema os recomiendo "Hero" de Family of the year, que fue banda sonora de la película Boyhood, para empezar poquito a poco esta mañana de lunes, mucho ánimo y
¡Feliz semana!

domingo, 28 de febrero de 2016

29 de Febrero

Happy Monday!!

¿Preparados para aprovechar este día de propina que febrero nos regala? No creo que vuelva a suceder muchas veces esto de poder desearos un feliz lunes 29 de febrero, así que os dejo unas breves palabras de mi compañera bloguera Rocio Lacave para que nos pongamos las pilas con este bisiesto y salgamos con ganas a disfrutarlo:

"Febrero pone a nuestra disposición un día más, para quien lo quiera, para quien lo sepa aprovechar… Veinticuatro horas que podremos dedicar a viajar sin movernos del sitio, con la cabeza, que a veces es capaz de llevarnos más lejos que cualquier avión.

 A arreglar el mundo, a pegar los trocitos que se han ido separando a base de desidia y genio a partes iguales; a desbaratar planes y rehacerlos, ajustando nuestro calendario con el de los que más queremos. Febrero viene generoso, con ganas de quedarse algo más con nosotros.
Un día más es el mejor de los regalos para quien anda quejándose de no tener tiempo, para quien va de un lado a otro sin fijarse en nada, y lo que es más grave, en nadie; para aquellos que posponen decisiones porque no han podido reflexionar largo y tendido, cuando muchas veces lo que necesitan no son horas, sino determinación.



Un día más que nos puede dejar sin palabras, que a lo mejor acaba haciéndose un hueco importante en nuestra memoria, una fecha que aparentemente sólo podremos celebrar cada cuatro años.
Un día que suena raro, que no nos acostumbramos a ver en la planificación del mes, que pesa a aquellos que cuentan las horas porque esperan algo de marzo. Un día que te recuerda que nunca es tarde y que todo llega.


Un día más en el que cumplir nuestras propias expectativas, ponernos en camino e intentar lo que nos hemos propuesto. Será buen momento para abrir puertas, dejar huellas, conocer a alguien, terminar un libro, cocinar una nueva receta, bailar al son que más te gusta, visitar un rincón desconocido para ti…

En definitiva hacer algo que nos haga esperar con ilusión el próximo año bisiesto.
Febrero nos regala un día más, en nosotros está hacer que merezca la pena."


Como dirían en El Club de los Poetas Muertos, en un día así más que nunca: "El día de hoy no se volverá a repetir, vive intensamente cada instante, porque de eso trata la vida". Así que yo por mi parte os hago una recomendación musical con título de recomendación para el día "Make someone happy", así que a ver si logro hacer a alguien mínimamente feliz escuchando esta versión que se marca el gran Jamie Cullum ;)
Feliz lunes!!


domingo, 21 de febrero de 2016

22 de Febrero

Muy buenos días!

¿Qué tal va vuestro mes de febrero? Confío en que os esté dejando respirar un poquito más que a mí, que el estrés de unos cuantos miles de folios que estudiar y un buen puñado de trabajos cuyos plazos de entrega corren a contrarreloj parece amenazar mi cordura por momentos.
Así que en esta ocasión os dejo las palabras de una buena charla de Jandro, uno de los productores del programa "El Hormiguero", que vienen bien para afrontar los momentos de inoportuno agobio y ver la semana de otro modo:

"El cerebro funciona como una máquina tragaperras, tenemos como unas ruedas con la información de la que disponemos, que van girando y van haciendo combinaciones. De vez en cuando surge la combinación ganadora, el premio, la idea y ahí es donde hay que llegar...
Lo bueno de esas partidas de la tragaperras mental es que cuando acabas la partida no se acaba en realidad, esa partida se va por ahí pero siguen girando las ruedas...
¿Que llevan esas ruedas? ¿Qué metemos ahí? ¡Todo! Lo que ves, lo que lees, lo que hueles...hay que tocar, hay que ver, hay que experimentar cosas nuevas, revivir las viejas, hay que salir: la cultura no es un lujo, sin cultura no puedes hacer más cosas, hay que abrazarse, hay que hacer de todo...¡eso va a las ruedas! Somos como un coche: las ruedas vienen de serie, pero los extras los pones tú, y cuanto más alta sea nuestra base, más alta será nuestra pirámide. Hay que generar estímulos, para ti y para los demás, eso es lo más importante.
 Sólo hay un problema: que las ruedas no giran siempre como queremos, hay algo que hace que se oxiden, que no haya ganas de sacar esa combinación ganadora, y eso es el miedo.
El miedo es el instinto que nos hace sobrevivir pero que no nos deja avanzar.


Básicamente hay 2 miedos: el ridículo y el rechazo. Bien, tengo una buena noticia: el ridículo ¡no existe! ¿El dolor existe? ¡Sí, lo he probado!
Os voy a poner un ejemplo claro: Este soy yo en uno de mis días buenos:


Al acabar el programa yo tengo 30 minutos para llegar al aeropuerto los jueves, en ellos tengo que desmaquillarme, firmar autógrafos, me hago fotos con la gente, cojo el taxi, voy al aeropuerto, cruzo el control, corro por toda la terminal, termino todo sudado, la gente me mira en el avión, viajamos a Valencia, me hago más fotos con la gente, cojo un taxi, llego a casa, agotado, voy al cuarto de baño, enciendo la luz, me miro en el espejo y ¡tenía las orejas verdes! ¡Con las orejas verdes y mi barriga parecía ¡Shrek! Y de repente dije: Qué ridículo he hecho ¡No! Un momento, cuando yo iba corriendo por la terminal con mis orejas verdes yo era feliz, no notaba nada, no me latía el corazón más fuerte, ni me salía ninguna reacción. Entonces cuando teóricamente estaba haciendo el ridículo, ¡no pasaba nada! Y ahora que me acabo de dar cuenta me está entrando la risa, con lo cual puedo asegurar que el ridículo no existe, es una opción personal de cada uno, es subjetivo, tú eliges si lo quieres tener o no, te cuesta lo mismo así que yo he decidido no tenerlo, y vivo más feliz, tranquilo y soy más creativo, cuando se me ocurre algo lo pongo en marcha, me da igual hacer el ridículo o no porque no existe, y como no existe os puedo enseñar la foto siguiente de aquel día:


...Menos mal que no existe! El Elvis cantaba...algún día os explicaré el proceso...
¿Y el rechazo? ¿Existe? Sí, pero es lo normal. No te puedes enfadar, porque al fin y al cabo es lo normal. Venimos programados biológicamente para ser rechazados, lo que pasa es que no os acordáis. Todos los aquí presentes 9 meses antes de nacer fuimos los únicos no rechazados en una carrera...pero lo normal era haber caído ahí, y nos hemos mal acostumbrado, eso es así. En “El Hormiguero” el 90% del trabajo se rechaza, puedo asegurar y probar que los calvos y gordos somos más creativos, porque hemos sido rechazados más veces, si alguna vez dudáis entre contratar a un guapo o a un feo coged al feo, el guapo ya hará anuncios de perfume, pero coged al que sabe, hombre! El rechazo es bueno porque te hace currártelo, si es fácil no tiene gracia, así te esfuerzas más.
Lo más importante es la actitud. Yo me enfrento a muchos problemas todos los días, el Hormiguero es un programa diario y metemos en él 12 horas al día. Yo ahí estoy de coordinador de guiones, tengo todos los días charlas con dirección, realización, producción, con los guionistas, llevo varias secciones externas de las que soy responsable directo y encima tengo mi sección. Yo a mí sección no llego, pero hay 2 formas de encarar esto: una es si yo digo: “sólo me quedan 2 días”, estoy acabado, estoy hundido. Pero si cambiamos ese “sólo” por “aún”, ya está: “Aún me quedan 2 días, ¡me voy a quedar al catering!” Hay que cambiar el sólo por el aún. Sólo implica poco, aún significa suficiente, sólo te mete presión, aún te da tranquilidad.


Es habitual en mi que queden 3 horas parar el directo y mi truco de magia no me salga, si digo “sólo me quedan 3 horas” va a salir mal, y además cuando a mí me sale mal lo ven 3 millones de personas y las redes sociales me machacan.
Si pienso “aún me quedan 3 horas”, aún queda tiempo para enfocarlo de otra forma, ver qué es lo que ha fallado, puedo cambiar cosas, aún llego…
Si digo sólo me quedan 3 horas sigo teniendo el mismo problema, no me sale pero acabo de crearme otro problema: no tengo tiempo. El tiempo no se puede parar, sólo aprovechar. Os aconsejo cambiar vuestro sólo por aún, seguro que seréis más creativos. 



A pesar de ello a veces todo sale mal. Yo de pequeño vi la película BIG de Tom Hanks y me obsesioné con ella. Siempre recurro a esto cuando todo va mal, porque todos hemos hecho algo extraordinario en nuestra vida, todos, ¿por qué no repetirlo? No se trata de poder, sino de saber que puedes. Yo me obsesioné con el piano de esta película y quería tocarlo en los teatros, me puse en contacto con el fabricante, que no acabó de entender mi idea, me arruiné pero lo conseguí y lo tengo aquí, 5 metros, o como dirían en Bilbao: ¡un Casiotone!


Cuando me llegó hubo un pequeño problema que no había previsto, yo no sé tocar el piano, no sé solfeo, soy arrítmico, y como tengo dos hernias discales me han prohibido dar saltitos pero creedme, nunca dejéis que nadie os diga lo que podéis o no podéis hacer...

https://www.youtube.com/watch?v=HQvt1cb92gE



Os invito a todos a que vuestras ruedas sigan girando, sigáis sin ridículo, sin miedo y ¡dando saltitos por la vida!"